Grabar nuestra voz es una forma de escucharla tal y como les llega a los demás, pero hay una forma más sencilla de escucharnos sin distorsión y en directo. Para ello basta que busquemos dos cartones grandes. Un par de revistas gruesas también pueden servir. Depués, basta con apretar los cartones contra las mejillas y el lateral de la cabeza, justo delante de las orejas.
El entrenador vocal Chris Beatty explica que de esta forma evitamos que el sonido rebote y se transmita por los huesos de la mandíbula. En su lugar debe rodear las barreras improvisadas que le hemos puesto y entra de manera limpia a nuestros oídos.
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