¿Cómo recrearlos entonces? Inspirándose en sonidos de animales ya existentes, y cuanto más desagradables y estridentes sean esos sonidos mejor. Por ejemplo, el sonido del gigantesco Ichtiosaurio que salta para atrapar un tiburón en el tráiler de la película (y que no es un dinosaurio en realidad) se utilizó una beluga. Para los velociraptores, cerdos comiendo pienso. Para el crujir de las pisadas se aplastaban cáscaras de fruta contra el suelo.
Para las girosferas, esa especies de esferas móviles de cristal que aparecen en el tráiler para ver a los dinosaurios de cerca se utilizaron jarrones de cristal grande con micrófonos inalámbricos dentro girando y frotándose contra una rueda de carrito.
La otra parte, que no mencionan en el vídeo y no es técnicamente un “efecto sonoro” es la maravillosa banda sonora original de John Williams re-concebida y ampliada por Michael Giacchino.
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